martes, 17 de noviembre de 2015

ACEPTAR NO ES RESIGNARSE


Es habitual en la vida diaria enfrentar situaciones que no compartimos o no deseamos vivirlas, ya sea de circunstancias o personas.

Y la reacción natural es querer cambiarla a nuestro gusto, de esta manera comenzamos una lucha interna para luchar entre nuestro ego y los demás, en la mayoría de los casos descubrimos que tenemos o hemos tenido una lucha inútil que nos dio como resultado, perder nuestra serenidad, alterarnos, angustiarnos y vivir enojado por no poder cambiar lo que no aceptamos.

Con el tiempo descubrimos que si hubiéramos aceptado a lo que nos resistíamos, todo hubiera sido mejor para nuestra tranquilidad y salud.

Aceptar lo que no podemos cambiar es tan saludable como tener una buena alimentación o hacer ejercicio, solo que ayuda  nuestra salud emocional y física.

Cuando aceptamos, no estamos resignándonos ya que resignarse es continuar resistiéndonos aunque digamos lo contrario

Aprendamos a aceptar lo que no podemos cambiar y ocupémonos de sanar las heridas que eso nos produce.

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